lunes, 20 de febrero de 2012

ECONOMÍA: La metafísica de la violencia.



Economía Informal, Mayo 2011

(Ex)Céntrico, Ciudad de Guatemala

Si pudiésemos despojar al dinero de sus múltiples significados actuales, quizá nos quedarían nada más las casas de cambio y bolsas de valores como antiguos templos de un culto secular universalmente practicado. Las monedas, en calidad de fetiches o amuletos de alguna fe pagana. Los bancos y reservas estatales, como dólmenes o monolitos que representarían un oscuro poder tribal. Sin embargo, y con seguridad, quedarían también muchos de los hábitos sociales y formas de conducta derivados de él.

Pero ¿Qué es el dinero y cómo adquiere su valor, a tal grado que puede comprar la libertad, la paz o la vida? Son cuestiones que rara vez reflexionamos, por estar pensando que se halla preocupante e inexorablemente unido a la sobrevivencia. En su ensayo “El Zahir”, Borges nos dice que una moneda es la prueba concreta de nuestra fe en la eternidad, la concreción de nuestro temor a la muerte, y el dinero, una representación de esa naturaleza que percibimos como invariable y a la vez dinámica, la multiplicidad y la unidad eterna e infinita.

Podríamos decir que la obra de Aníbal López cuestiona la creación de éste símbolo, apuntando a las incoherencias lógicas que pueden surgir del comercio entre el dinero y otros bienes que son a la vez simbólicos, pero más allá de eso, su obra deviene en una deconstrucción del símbolo, algo así como una demostración matemática de las contradicciones que hay entre la física y la semiótica, reflejo de una búsqueda entre los límites de la precisión gramatical y la distorsionada imagen de la naturaleza que construimos con el lenguaje.

EN Obras como “Ladino Hardware“ “Hugo”, “Se compra, se vende se alquila”, “El préstamo”, “MSy M18” o “Nos veremos en la cumbre” nos lleva a reflexionar en el valor monetario comparado con otros valores abstractos: La utilidad del cuerpo como herramienta de trabajo, el afecto que se tenga por una mascota, el temor a la violencia que suscitan las desventajas económicas, la falsa seguridad que otorga el poder adquisitivo, la probidad moral de no ser el autor material de un robo.

Ludwig Wittgenstein nos dice que a veces pensamos en el significado de los signos como en estados mentales de la persona que los utiliza, y otras veces, como el papel que están jungando los símbolos en el sistema de lenguaje, la elección es de cada uno de nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario