lunes, 20 de febrero de 2012

LA MANCHA EN EL LABERINTO

Industrial, 2004

Muestra de Poesía

Ciudad de Guatemala

Si la memoria es un hecho inherente al pensamiento, la historia lo es a la literatura. Quizá la historia efectivamente empezó con las primeras pinturas realizadas en el interior de una caverna, o puede que haya sido ésa manía de contar el primer lazo común entre las personas del primer grupo social. Lo cierto, es que la literatura existe gracias más que todo a la memoria.

Quien mancha una pared, lo hace para decir "Estuve aquí", pero quien cuenta una historia no puede hacerlo sino usando el idioma de quienes le rodean, idioma que no es otra cosa, sino el conjunto de signos convenidos por la gente de un pueblo para verse reflejados en la historia. La cultura, es por lo tanto además del espacio físico poblado con imágenes, objetos simbólicos y narraciones, el nexo vivo que sostiene la prueba tangible de la historia como un "hecho cultural".

Hemos construido en base a ésta convicción, un espacio físico, poblado con relatos, comentarios, reportajes, entrevistas, imágenes y poesía, donde todas éstas cosas adquieran algún significado que nos lleve a la reflexión

Las manchas preceden a los signos, pero la memoria empieza con las primeras pinturas realizadas en el interior de una cueva, es por eso que dedicamos éste primer número a las artes plásticas realizadas sobre las paredes, abordando cada una de las necesidades que nos llevan a dejar que la memoria hable através de ellas.

Las personas se articulan a la sociedad actual através de símbolos, pero los símbolos en conjunto, hablan de la sociedad que los utiliza. Desde quien utilizan números y nombres para reconstruír diariamente su memoria, o marcar un espacio que se percibe limitado, hasta quien busca mediante la realización de una iconografía preservar en la historia alguna idea o valor ético-estético; todos debemos en algún momento leer y ser partícipes de ése intento.

Los Poetas y el Intersticio: ¿Es Rushdie un autor Inglès, Kafka un autor Checo, Paul Celan un autor Alemán o Vallejo un autor Americano?. Porque al que respondiera que Rushdie es más bien Indú, Kafka más bien Judío o que Paul Celan no era alemán, tendría que recordar que un poeta siempre es alguien sin patria.

EXEQUIAS CONTRA EL OLVIDO

Proyecto XX. 2007

Prometeo Gallery di Ida Pisani.

Milano, Italia.

Así podría titularse la obra realizada por Regina José Galindo en el Cementerio La Verbena de la Ciudad de Guatemala. Una obra cuya simpleza aparente nos lleva a pensar en uno de los temas que desde el principio de los tiempos ha preocupado al ser humano: la finitud de la existencia; y su contraparte: la permanencia de la memoria .

Y es que la muerte, concepto formulado por la conciencia de sabernos únicos e irrepetibles, es lo que según algunas teorías antropológicas nos separa de las otras especies animales. Planteándose así las honras fúnebres como uno de los hechos que caracterizan al ser humano.

En el acto del entierro se concentra probablemente el inicio de la civilización, pues tal como el reconocimiento de nuestra finitud plantea la necesidad del duelo, la conservación de la memoria prefigura la noción de historia. Que es de algún modo metafísica invertida, un modo de librarnos del temor a la muerte através de la memoria de quienes sobrevivan a cada individuo.

Es aquí donde la obra de Regina se acerca para preguntarnos ¿Anulando ésa memoria anulamos también nuestra humanidad, o es solamente un atentado contra la conciencia histórica?

En un país como Guatemala, cuyo suelo está plagado por cementerios clandestinos, fosas comunes y cadáveres desconocidos, como una clara muestra del intento por anular ya no la conciencia histórica sino la humanidad misma de nuestros semejantes, es necesario replantearse el duelo, no como el pomposo luto que sustente nuestro cielo, sino para reconocernos unos a otros como humanos.

0.33333333… CUESTIONANDO EL PLANO

“0.3333333333333333…”, 2009

Exposición Colectiva de Aníbal López, Regina José Galindo y Darío Escobar.

9.99/Proyecto

Ciudad de Guatemala.

Para configurar su acción frente a su entorno y para asimilar el mundo como conocimiento, el ser humano necesita partir de su percepción individual. Ello le permite definirse como ser vivo dentro de una unidad temporal y como cuerpo dentro de un espacio delimitado, (res cogintans y res extensa, según la tradición medieval) generando así estructuras de pensamiento y categorías lógicas que lo ubican como conciencia frente a la realidad.

Para comprobar la validez de su pensaminento el ser-individuo, necesita buscar diferencias y similitudes con sus semejantes y con el mundo para actualizarse existente, constituír un lenguaje que establezca una continuidad de lo individualmente comprendido en el espacio colectivo. Esta continuidad es llamada conocimiento, y constituye el plano sobre el que se construirá inicialmente la moralidad, luego la religión y más tarde al derecho.

Es así como se constituye culturalmente la identidad, un “yo” articulado por las relaciones que se dan entre la memoria colectiva y la experiencia individual, un esquema de pensamiento que identifica el razonamiento con la individualidad y el universo con lo absoluto.

El yo pasa a ser entonces delimitado más por la estructura social que por la naturaleza; la realidad se convierte en conocimiento y podrá dividirse en átomos, pues las categorías establecidas con el lenguaje nos permiten establecer con precisión la conciencia de los fenómenos que nos rodean.

Esta es la contradicción que existe en el concepto de “sujeto” dentro de las instituciones sociales. Si hipotéticamente la moral responde a la ética, y ésta a su vez a una lógica que admite al ser humano como parte del mundo ¿Por qué las normas morales exigen la anulación de sí mismo?

Ahora “mundo” es un concepto que identifica a un proceso llevado a cabo através de la conciencia y las acciones de todos y El Ser Humano, como cuerpo físico, resultado de la técnica. (alguien podrá argumentar ahora que el hombre no es la medida de todas las cosas, pero ya es muy tarde para demostrarlo, pues “todas las cosas” ahora deberá entenderse como “sí mismo” ).

Esto no alivia para nada la angustia inicial, pues queda aún la certeza de la muerte como fin de la conciencia, y muchas otras cuestiones que surgen: como plantear una finalidad demostrable a la estructura sociales, establecer la causa de la percepción o sencillamente explicar los fenómenos naturales que se resistan a la demostración científica.

Para encargarse de ésos escollos, se crearon las instituciones. El estado, que une la sobrevivencia individual y la colectiva, el comercio que hace de la técnica una necesidad. La ciencia que se encarga de afianzar el valor del conocimiento del humano-colectivo ante el mundo, y la religión que da una perspectiva histórica y afianza la conciencia del “sujeto” en cuanto a sí mismo dentro del colectivo.

Afortunadamente, hemos hecho del arte un terreno ajeno a las normas lógicas y morales. Porque la continuidad de la historia para occidente requiere renovar su contacto con la realidad através de vivencias particulares. De modo que la verdad aún es un fín del pensamiento, el universo es único y finito, las costumbres han quedado a salvo y las estructuras de poder han modificado al mundo y a sí mismas.

EL DILEMA DE LA PERSPECTIVA EN LA OBRA DE ENRIQUE CASTILLO

Texto para carpeta personal

Agosto 2010

Hoy en día, cuando el horizonte se halla delimitado por grandes vallas publicitarias y enormes cubos de concreto, y nuestro punto de vista se ubica regularmente frente a una pantalla, resulta difícil recordar las montañas, bosques o llanuras que existían detrás de todo esto, y más difícil aún, asociar las formas y colores de un paisaje con los ángulos rectos y colores planos que pinta Enriqe Castillo. Su obra nos habla del entorno que hoy tenemos, en un lenguaje que aprendimos a reconocer como arte abstracto.

Sin embargo, nada hay de natural o abstracto en los dibujos y las pinturas, sino en nuestro “punto de vista”. Quizá, la primera ruptura del hombre con la naturaleza fue la arquitectura, pero más aún, la invención de la perspectiva como forma de representarla. Esto es lo que se pone en envidencia tanto en el cubismo como en el expresionismo: Que el mundo es un movimiento contínuo, e imposible de analizar desde un solo punto, por mucho que nos representemos al tiempo en un espacio bidimensional, que necesariamente ha de contar con “puntos de fuga”.

Hace aproximadamente un siglo, Wasili Kandinsky pintó su primer acuarela no figurativa, y argumentó en su favor una teoría que más tarde fue comprobada y discutida por los psicólogos de la gestalt. Lo que intentaba, era evaluar los efectos que las formas geométricas puras y el color provocan en nuestra conciencia, y crear con ello un lenguaje universal, más próximo a las sensaciones inmediatas que a la evocación de imágenes aprendidas.

Es así como através de diversos experimentos, tangibles tanto en las abstracciones de Kandinsky, como en el puntillismo, el fauvismo y el cubismo, se van labrando poco a poco los principios que rigen el diseño gráfico, y que hoy en día vemos aplicados indiscriminadamente con fines publicitarios.

No pretendemos de manera alguna, negar la convergencia que hay entre la obra de Enrique Castillo y el expresionismo abstracto, sino más bien apuntar que la reflexión que da origen a ésta manera de apreciar la realidad, no es la búsqueda de ésa pureza ideal de la que habló Reinhardt, sino más bien que es un conflicto con la perspectiva, y que lleva a Enrique Catillo a sustituír la arquitectura por el paisaje, y constituye una forma de representación que habla más del modo en que el ser humano se aprecia a sí mismo que del modo en que observa el entorno natural.

Debemos recordar además, que tanto tanto la Bauhaus como los expresionistas norteamericanos de los años cincuenta, se nutren de la tradición y las culturas regionales, y sus teorías corren paralelas a una tradición de origen latinoamericano, que tiene como representates a Tapies, Wilfredo Lam, Guayasamín (Delunay argentino) etc. Así como Carlos Mérida y Daniel Shiffer, en guatemala, quienes hacen uso de los valores dados por la tradición a la figura y el color en nuestra cultura.

El valor dado a éstos elementos de la pintura está íntimamente ligado al entorno en que el pintor se desenvuelve, y detemina el significado que el observaror da a las formas y colores utilizados en la obra. Así como el color del cielo no es igual en cualquier parte del mundo, tampoco el modo en que una persona entiende las figuras geométricas básicas puede ser uníversal. (un triángulo puede ser visto como un cono o un camino, montaña o muralla).

Enrique Castillo proviene de Escuintla, y sus primeros cuadros, de caráctier figurativo, tienen el colorido de la costa guatemalteca. Poco a poco el horizonte comienza a poblarse con árboles caminos y edificios, hasta llegar a su obra actual, la cual se nutre de su estudio de la geometría y el color en las aulas de la ENAP, así como de su trabajo como diseñador gráfico y pintor de exteriores, no es por lo tanto, una abstracción, en el mismo sentido que los cuadros de Mondrian. No retrata armonías cromáticas destinadas a la expermientación, sino de paisajes cortados abruptamente por murallas, rincones diseñados para dar un apariencia natural, interiores de un espacio urbano vacío, cuya amplitud megalítica revela nuestra soledad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario