lunes, 20 de febrero de 2012

COMMUNITAS



Comunitas, 2011

FLACSO/CASA ROJA

Bernardo Euler Coy

Ciudad de Guatemala

La conducta social del ser humano, tal y como la conocemos hoy en día, es el resultado del conocimiento acumulado por nosotros através de cientos de años, y los cambios que esto ha provocado en nuestro organismo. La memoria, como forma de ubicarse ente el tiempo deja de ser un fenómeno individual para convertirse en colectivo a través de la palabra; Así , la experiencia individual ubicada en un específico momento y espacio geográfico busca la continuidad a través de un grupo que comparte un mismo lenguaje. Del orden establecido por este medio surgen los primeros símbolos gráficos, para asegurar no solamente la comunicación entre los miembros de la sociedad, sino también la continuidad del conocimiento acumulado por cada uno.

La identidad, como conciencia histórica, es el punto de encuentro entre memoria individual y colectiva. La importancia que se otorgue a cada una depende del tlipo de organización económica y política de cada sociedad. Aunque particularmente, cada individuo se preocupe por la continuidad del momento efímero y su impresión en los sentidos, para la política puede resultar más importante el adelanto técnico o su particular relación con la naturaleza. Si inicialmente el símbolo visual era un instrumento de la historia colectiva, y la palabra un instrumento del individuo dentro de su cotidianidad, ésta relación cambia con la aparición de la escritura, que toma un poco de cada una.

El procedimiento por medio del cual se pueden fijar imágenes en una placa previamente preparada era ya conocida por los alquimistas de la edad media, pero no tuvo la importancia que adquirió a principios del siglo XX, porque el orden político y económico se continuaba mediante el lenguaje escrito: Leyes, historia y conocimientos técnicos no necesitaban de la fotografía para transmitirse, pues lo importante no era masificar estos conocimientos, sino transmitirlos a un número reducido de personas.

Con la invención de la imprenta, y una mejor divulgación del conocimiento, la imagen vuelve a tomar importancia como generadora de identidad, pero ésta vez ya no con el sentido religioso de las catedrales góticas, pero sí como estética de una “aristocracia del espíritu” expresada en pinturas, grabados y libros ilustrados del barroco al romanticismo (que hoy consideraríamos Kitsch).

Ahora que el conocimiento como lenguaje escrito es nuevamente de acceso restringido, através de las leyes de propiedad intelectual, codificaciones electrónicas y otros medios, las imágenes saturan todos los medios.

La ciudadanía de éste siglo ha roto los límites histórico-relacionales de identidad. Quiénes somos y en dónde estamos importa menos que la circunstancia y momento en que nos pronunciamos. Quizá la inmediatez de la información está sustituyendo a la historia como forma de generar identidad, cediendo a la tecnología un poder que antes funcionara en torno a la tradición. No es de extrañarse que ahora, cuando las nuevas tecnologías permiten manipular la imagen, hasta casi sustituír la realidad, la fotografía instantánea deba desaparecer como forma de conservar ésa memoria efímera que solo importa a unos cuantos individuos. Hemos ganado en cuanto a difusión, pero nuevamente hemos perdido la credibilidad.

ÁRBOLES URBANOS



Árboles Urbanos, Junio 2011-08-30

Casa Roja

Ciudad de Guatemala.

Según el test desarrollado por Karl Koch en 1957, el dibujo de un árbol es una proyección de la conciencia del dibujante, el suelo significa el anclaje de la persona con la realidad, el tronco, su autoconocimiento, las hojas y ramas, sus aspiraciones y sueños. Las raíces, su inconsciente.

¿Pero en qué se basó para hacer esta interpretación? Veamos. Si todo símbolo es básicamente una representación de la estructura que alcanzamos a percibir, cada grafismo es un puente entre la imaginación y la memoria. La conciencia de Ser Humano frente a la naturaleza nace de considerarse diferente a la vez que semajante. El hombre camina, y el árbol no, pero ambos crecen, nutriéndose del agua, la tierra y el aire. Recordemos el Kalevala, epopeya nacional de Finlandia, que narra cómo el árbol de encian adquirió significado especial para Wainamonen cuando aprendió que necesitaba del fuego para retoñar, y cómo inventó la agricultura observando a los pájaros según las estaciones.
Grafológicamente, podríamos decir que la serie de árboles que Aníbal López expone en Casa Roja, nos muestran a un pintor que cree en las ideas y los sueños antes que en la representación de un cielo, alguien de personalidad recia y sinuosa, que se ve en un paisaje que muchas veces se reduce a la soledad de la hoja en blanco.
Sin embargo el "test", y màs allà de esto, los árboles de Anìbal lopez, recorren la senda del sígno al símbolo en sentido inverso, desentrañando la creación simbòlica como un momento de cohersiòn cutural, cuando compara el ejercicio original con àrboles genealógicos, organigramas, líneas evolutivas, o sistemas de clasificación. Repite el ejercicio una y otra vez, utilizando los colores de la madera, el papel, y las hojas secas, para mostrarnos que el àrbol sigue estando ahí.

ECONOMÍA: La metafísica de la violencia.



Economía Informal, Mayo 2011

(Ex)Céntrico, Ciudad de Guatemala

Si pudiésemos despojar al dinero de sus múltiples significados actuales, quizá nos quedarían nada más las casas de cambio y bolsas de valores como antiguos templos de un culto secular universalmente practicado. Las monedas, en calidad de fetiches o amuletos de alguna fe pagana. Los bancos y reservas estatales, como dólmenes o monolitos que representarían un oscuro poder tribal. Sin embargo, y con seguridad, quedarían también muchos de los hábitos sociales y formas de conducta derivados de él.

Pero ¿Qué es el dinero y cómo adquiere su valor, a tal grado que puede comprar la libertad, la paz o la vida? Son cuestiones que rara vez reflexionamos, por estar pensando que se halla preocupante e inexorablemente unido a la sobrevivencia. En su ensayo “El Zahir”, Borges nos dice que una moneda es la prueba concreta de nuestra fe en la eternidad, la concreción de nuestro temor a la muerte, y el dinero, una representación de esa naturaleza que percibimos como invariable y a la vez dinámica, la multiplicidad y la unidad eterna e infinita.

Podríamos decir que la obra de Aníbal López cuestiona la creación de éste símbolo, apuntando a las incoherencias lógicas que pueden surgir del comercio entre el dinero y otros bienes que son a la vez simbólicos, pero más allá de eso, su obra deviene en una deconstrucción del símbolo, algo así como una demostración matemática de las contradicciones que hay entre la física y la semiótica, reflejo de una búsqueda entre los límites de la precisión gramatical y la distorsionada imagen de la naturaleza que construimos con el lenguaje.

EN Obras como “Ladino Hardware“ “Hugo”, “Se compra, se vende se alquila”, “El préstamo”, “MSy M18” o “Nos veremos en la cumbre” nos lleva a reflexionar en el valor monetario comparado con otros valores abstractos: La utilidad del cuerpo como herramienta de trabajo, el afecto que se tenga por una mascota, el temor a la violencia que suscitan las desventajas económicas, la falsa seguridad que otorga el poder adquisitivo, la probidad moral de no ser el autor material de un robo.

Ludwig Wittgenstein nos dice que a veces pensamos en el significado de los signos como en estados mentales de la persona que los utiliza, y otras veces, como el papel que están jungando los símbolos en el sistema de lenguaje, la elección es de cada uno de nosotros.

LA CAPILLA OCTAVINA, APOTEOSIS Y REDENCION DEL INFIERNO URBANO GUATEMALTECO



Abel López

Capilla Octavina. 2010

XVII Bienal de Arte Paiz. Restaurante Mi Verapaz,

Ciudad de Guatemala.

En la Calle de la Pedrera, cerca del callejòn de la sexta avenida de la Ciudad de Guatemala se encuentra un local (¿tienda? ¿comedor? ¿cantina?) llamado Mi verapaces... En él se reúnen para comer, conversar o embriagarse los tramitadores de permisos municipales, obreros industriales, vendedores ambulantes, y claro, tambièn prostitutas y ladrones. Es un lugar como cualquiera, y tiene lo que hay en cualquier lugar donde se reúnan los pobres a beber licor: Rockola, mesas, moscas. Lo que lo hace peculiar, es un pintura, o màs bien, multiples pinturas realizadas directamente sobre la pared, que cubren completamente una de sus habitacones. Ahí están las ideas (obsesiones) y las ilusiones (delirios) de toda ésa ciudadanía guatemalteca que no parece muy autóctona, pero tampoco muy civilizada. En ésa sociedad donde se concentran los desarraigados, los inmigrantes, los desempleados, y toda la sociedad que resulta de la marginaciòn, el racismo y los conflictos polìticos y económicos que han marcado la historia de este pueblo.

Es un lugar para los que no tienen lugar, y sus visitantes lo han hecho suyo pintando en la pared. ¿El tema? No es ninguno de los que le preocupan a los polìticos o la burguesía local. Ahí se acumulan como en un retablo churrigueresco Buzz Lightyear y la locomotora número 34, el luchador enmascarado y la novia del cadejo. Todo expresado desde la perspectiva que únicamente pueden tener los que viven al otro lado del margen, donde sìmbolos planteados por el poder, sólo pueden utilizarse desarticulando el lenguaje establecido. Tan Guatemalteco es un cofrade como la flaca que pone por enésima vez en la rockola la misma canción de Vicente Fernàndez, pues no es de nacionalidad de lo que estamos hablando, sino de pertencer a un lugar y una misma condición, es decir la de los que no tienen clase ni derechos.

Debemos reconocer el valor histórico que sitios así tienen en épocas de crisis, porque valorar este lugar, es reconocer toda èsa humanidad sobre quienes pasa la historia oficial, dejándola al final tan marginada y empobrecida como al principio. Imagino que así fué también cuando en un barrio pobre de París, llamado Montmartre, en un bar llamado “El Conejo Veloz” se reunían unos pintores marginales a “pasar el temporal”, pidiéndole permiso a su propietario, Frèderic Gerard para pintar en sus paredes. Era la época de la persecución contra los anarquistas en Francia, y el lugar fué clausurado, acusándolo de encubrimiento; las paredes se pintaron nuevamente, y todo lo que se decìa en aquél mural fue borrado de la historia. Sus autores: Modigliani, Picasso, Van Dongen, Braque, no.

ENTRE BISUTERÍA FINA Y LA DUDA CARTESIANA



Luces en el Túnel 2010

Galería el Túnel, Ciudad de Guatemala.

Ante la imposibilidad de realizar una obra prescindiendo de cualquier tradición, el artista parte de una forma ya establecida, para mostrarnos con ella su experiencia personal, recorriendo el camino del conocimiento al símbolo en sentido inverso; pues la obra de arte, más que un conjunto de símbolos aplicados a un tema o idea, es un proceso de desentrañar la creación simbólica através de un sígno. Nos lo muestra como un momento de cohersión cultural, que afecta tanto a la naturaleza interna como externa del sujeto socialmente delimitado. Ahora ya signado y numerado. Cuestiona desde el lenguaje mismo la relación que hay entre sígno y conocimiento. O entre ser individual y colectivo.

A la pregunta planteada por los primeros filósofos griegos ¿Qué ES? Parménides responde: Yo Soy. Y Heráclito: lo que contínuamente ES. Aunque la pregunta está aquí muy generalizada, y no podemos dejar de percibir ése tono impersonal y “ontológico” como pura retórica, una terminología que implica ya una abstracción hecha sobre la concepción de Un Ser, y la definición de Ser Humano como categoría. Sería más honesto preguntarnos como Descartes ¿Quién soy?, pregunta que se sucede por ¿Qué soy?. La duda cobra así proporciones ontológicas, gnoseológica y epistemológicas, amenazando con destruír cualquier certeza sobre nosotros mismos o sobre el mundo conocido.

No obstante, la forma en que cada quien se vea sí mismo es posterior a la formación de las primeras categorías, es decir, las inculcadas por la familia, la sociedad y el estado, pues la memoria como una continuación de la percepción, siendo individual, solo pueden llamarse conciencia gracias a la comunicación con los demás, que nos demuestra la existencia de la memoria colectiva.

La identidad, se define así desde posturas que resultan contrapuestas, aludiendo, por una parte, a lo que cada quien ES a través de la cultura, asignándole una personalidad, como característica netamente humana (estructura delimitada de relaciones con el mundo y mis semejantes) o bien enfocándose a al SER como estructura física y condición biológica. Así se establece la contradicción que a través de los siglos ha caracterizado todas las instituciones sociales planteadas por el hombre occidental. El ser percibido como una continuidad histórica, individual, o como un cuerpo de duración finita. Delimitado por el colectivo.

Nos referimos aquí al hombre, más como género que como especie, porque es la visión patriarcal y masculina la que plantea el distanciamiento de la conciencia respecto al cuerpo, entregándole un ser en la historia, negando su finitud a través de la objetuación del cuerpo femenino.

Hay sin embargo un universo distinto, alterno a la conciencia como historia del hombre, así como una historia ajena a la tautología planteada por las instituciones patriarcales, universo al que Ingrid Klüssmann pertenece.

De esta dicotomía y contradicción es de que nos habla Ingrid Klüssman en su más reciente exposición, titulada “Luces en el Túnel” mostrándonos la ropa y accesorios que vistió para las exposiciones realizadas en la Galería El Túnel a lo largo de su vida. ¿Quién soy? Nos pregunta colocando un espejo en el lugar del rostro, y deja desfilar zapatos, carteras, trajes con lentejuelas, objetos hechos por el mundo occidental y patriarcal para delimitar el papel de la femenino.

Con fotografías, ella nos muestra a su familia, sus amigos, su historia, y expone estos trajes, no como un “símbolo de la elegancia”, sino como una referencia al cuerpo, lo que ahí no está, y constituye la prueba tangible de su existencia, más allá de lo cultural y socialmente representado.

Los objetos, así establecidos, se mantienen abiertos a la imaginación, contando una historia tan individual como colectiva.

El pensamiento patriarcal, no sería capaz de ver en ello más que un gesto de vanidad.

EL ESPACIO DE LA MEMORIA



Afuera. Octubre, 2010

Centro Cultural de España

Córdoba, Argentina

Antes que ser considerada como depósito de conocimientos, la memoria es una herramienta para la comprensión de la naturaleza humana. Pese a ello, la historia oficial se construye para dar significado a leyes e instituciones cuyo objetivo es prescribir y delimitar la conducta más que ampliar la conciencia individual. La memoria colectiva se vale entonces de otros espacios, ajenos a los discursos provenientes de la política o las ciencias exactas, tales como la tradición oral, las artes populares y otras formas no reconocidas como parte de la cultura. Formas que lejos de justificar o validar normas y valores, muestran que pese a las contradicciones en la construcción de los símbolos que delimitan nuestro entorno, la cotidianidad se construye como un espacio que excede la historia oficial.

Los actos que buscan dignificar la memoria tanto de víctimas o victimarios de la violencia, representan la tácita negación de la dignidad histórica para el ciudadano común. Significa que para pertenecer a la historia es necesario ser víctima o cómplice del estado.

El espacio asignado por la historia oficial para el ciudadano común es de hecho la negación de cualquier espacio. Fuera de ella, existen criminales heroicos, santos populares, técnicas no científicas, leyendas que cohabitan sin otra función que demarcar un tiempo vago e impersonal para preservar ésa otra memoria.

Tomar posesión de nuestra propia historia es decir, tomar conciencia del auténtico significado de los símbolos acumulados por la sociedad en el tiempo se plantea entonces casi como una utopía, puesto que para significar de una manera distinta los hechos del pasado habría que deconstruír las estructuras de poder como legitimación de códigos morales.

Esto no quiere decir, de manera alguna que exista, una receta o manera estándar de asumir ésta postura frente al poder, cada sociedad ha generado sus propias instituciones con el devenir histórico, y el valor que determinados símbolos tienen para quienes la conforman es variable, según la responsabilidad que cada quien asuma. Acciones que pudieran parecer contrarias, representan una misma intención: Tomar posesión de la memoria colectiva en lugar de ser simplemente un sujeto de la historia.

EL DILEMA DE LA PERSPECTIVA EN LA OBRA DE ENRIQUE CASTILLO



Texto para carpeta personal

Agosto 2010

Hoy en día, cuando el horizonte se halla delimitado por grandes vallas publicitarias y enormes cubos de concreto, y nuestro punto de vista se ubica regularmente frente a una pantalla, resulta difícil recordar las montañas, bosques o llanuras que existían detrás de todo esto, y más difícil aún, asociar las formas y colores de un paisaje con los ángulos rectos y colores planos que pinta Enriqe Castillo. Su obra nos habla del entorno que hoy tenemos, en un lenguaje que aprendimos a reconocer como arte abstracto.

Sin embargo, nada hay de natural o abstracto en los dibujos y las pinturas, sino en nuestro “punto de vista”. Quizá, la primera ruptura del hombre con la naturaleza fue la arquitectura, pero más aún, la invención de la perspectiva como forma de representarla. Esto es lo que se pone en envidencia tanto en el cubismo como en el expresionismo: Que el mundo es un movimiento contínuo, e imposible de analizar desde un solo punto, por mucho que nos representemos al tiempo en un espacio bidimensional, que necesariamente ha de contar con “puntos de fuga”.

Hace aproximadamente un siglo, Wasili Kandinsky pintó su primer acuarela no figurativa, y argumentó en su favor una teoría que más tarde fue comprobada y discutida por los psicólogos de la gestalt. Lo que intentaba, era evaluar los efectos que las formas geométricas puras y el color provocan en nuestra conciencia, y crear con ello un lenguaje universal, más próximo a las sensaciones inmediatas que a la evocación de imágenes aprendidas.

Es así como através de diversos experimentos, tangibles tanto en las abstracciones de Kandinsky, como en el puntillismo, el fauvismo y el cubismo, se van labrando poco a poco los principios que rigen el diseño gráfico, y que hoy en día vemos aplicados indiscriminadamente con fines publicitarios.

No pretendemos de manera alguna, negar la convergencia que hay entre la obra de Enrique Castillo y el expresionismo abstracto, sino más bien apuntar que la reflexión que da origen a ésta manera de apreciar la realidad, no es la búsqueda de ésa pureza ideal de la que habló Reinhardt, sino más bien que es un conflicto con la perspectiva, y que lleva a Enrique Catillo a sustituír la arquitectura por el paisaje, y constituye una forma de representación que habla más del modo en que el ser humano se aprecia a sí mismo que del modo en que observa el entorno natural.

Debemos recordar además, que tanto tanto la Bauhaus como los expresionistas norteamericanos de los años cincuenta, se nutren de la tradición y las culturas regionales, y sus teorías corren paralelas a una tradición de origen latinoamericano, que tiene como representates a Tapies, Wilfredo Lam, Guayasamín (Delunay argentino) etc. Así como Carlos Mérida y Daniel Shiffer, en guatemala, quienes hacen uso de los valores dados por la tradición a la figura y el color en nuestra cultura.

El valor dado a éstos elementos de la pintura está íntimamente ligado al entorno en que el pintor se desenvuelve, y detemina el significado que el observaror da a las formas y colores utilizados en la obra. Así como el color del cielo no es igual en cualquier parte del mundo, tampoco el modo en que una persona entiende las figuras geométricas básicas puede ser uníversal. (un triángulo puede ser visto como un cono o un camino, montaña o muralla).

Enrique Castillo proviene de Escuintla, y sus primeros cuadros, de caráctier figurativo, tienen el colorido de la costa guatemalteca. Poco a poco el horizonte comienza a poblarse con árboles caminos y edificios, hasta llegar a su obra actual, la cual se nutre de su estudio de la geometría y el color en las aulas de la ENAP, así como de su trabajo como diseñador gráfico y pintor de exteriores, no es por lo tanto, una abstracción, en el mismo sentido que los cuadros de Mondrian. No retrata armonías cromáticas destinadas a la expermientación, sino de paisajes cortados abruptamente por murallas, rincones diseñados para dar un apariencia natural, interiores de un espacio urbano vacío, cuya amplitud megalítica revela nuestra soledad.


0.33333333… CUESTIONANDO EL PLANO

Exposición Colectiva de Aníbal López, Regina José Galindo y Darío Escobar.

9.99/Proyecto

Ciudad de Guatemala.

Para configurar su acción frente a su entorno y para asimilar el mundo como conocimiento, el ser humano necesita partir de su percepción individual. Ello le permite definirse como ser vivo dentro de una unidad temporal y como cuerpo dentro de un espacio delimitado, (res cogintans y res extensa, según la tradición medieval) generando así estructuras de pensamiento y categorías lógicas que lo ubican como conciencia frente a la realidad.

Para comprobar la validez de su pensaminento el ser-individuo, necesita buscar diferencias y similitudes con sus semejantes y con el mundo para actualizarse existente, constituír un lenguaje que establezca una continuidad de lo individualmente comprendido en el espacio colectivo. Esta continuidad es llamada conocimiento, y constituye el plano sobre el que se construirá inicialmente la moralidad, luego la religión y más tarde al derecho.

Es así como se constituye culturalmente la identidad, un “yo” articulado por las relaciones que se dan entre la memoria colectiva y la experiencia individual, un esquema de pensamiento que identifica el razonamiento con la individualidad y el universo con lo absoluto.

El yo pasa a ser entonces delimitado más por la estructura social que por la naturaleza; la realidad se convierte en conocimiento y podrá dividirse en átomos, pues las categorías establecidas con el lenguaje nos permiten establecer con precisión la conciencia de los fenómenos que nos rodean.

Esta es la contradicción que existe en el concepto de “sujeto” dentro de las instituciones sociales. Si hipotéticamente la moral responde a la ética, y ésta a su vez a una lógica que admite al ser humano como parte del mundo ¿Por qué las normas morales exigen la anulación de sí mismo?

Ahora “mundo” es un concepto que identifica a un proceso llevado a cabo através de la conciencia y las acciones de todos y El Ser Humano, como cuerpo físico, resultado de la técnica. (alguien podrá argumentar ahora que el hombre no es la medida de todas las cosas, pero ya es muy tarde para demostrarlo, pues “todas las cosas” ahora deberá entenderse como “sí mismo” ).

Esto no alivia para nada la angustia inicial, pues queda aún la certeza de la muerte como fin de la conciencia, y muchas otras cuestiones que surgen: como plantear una finalidad demostrable a la estructura sociales, establecer la causa de la percepción o sencillamente explicar los fenómenos naturales que se resistan a la demostración científica.

Para encargarse de ésos escollos, se crearon las instituciones. El estado, que une la sobrevivencia individual y la colectiva, el comercio que hace de la técnica una necesidad. La ciencia que se encarga de afianzar el valor del conocimiento del humano-colectivo ante el mundo, y la religión que da una perspectiva histórica y afianza la conciencia del “sujeto” en cuanto a sí mismo dentro del colectivo.

Afortunadamente, hemos hecho del arte un terreno ajeno a las normas lógicas y morales. Porque la continuidad de la historia para occidente requiere renovar su contacto con la realidad através de vivencias particulares. De modo que la verdad aún es un fín del pensamiento, el universo es único y finito, las costumbres han quedado a salvo y las estructuras de poder han modificado al mundo y a sí mismas.

EXEQUIAS CONTRA EL OLVIDO


Proyecto XX. 2007

Prometeo Gallery di Ida Pisani.

Milano, Italia.

Así podría titularse la obra realizada por Regina José Galindo en el Cementerio La Verbena de la Ciudad de Guatemala. Una obra cuya simpleza aparente nos lleva a pensar en uno de los temas que desde el principio de los tiempos ha preocupado al ser humano: la finitud de la existencia; y su contraparte: la permanencia de la memoria .

Y es que la muerte, concepto formulado por la conciencia de sabernos únicos e irrepetibles, es lo que según algunas teorías antropológicas nos separa de las otras especies animales. Planteándose así las honras fúnebres como uno de los hechos que caracterizan al ser humano.

En el acto del entierro se concentra probablemente el inicio de la civilización, pues tal como el reconocimiento de nuestra finitud plantea la necesidad del duelo, la conservación de la memoria prefigura la noción de historia. Que es de algún modo metafísica invertida, un modo de librarnos del temor a la muerte através de la memoria de quienes sobrevivan a cada individuo.

Es aquí donde la obra de Regina se acerca para preguntarnos ¿Anulando ésa memoria anulamos también nuestra humanidad, o es solamente un atentado contra la conciencia histórica?

En un país como Guatemala, cuyo suelo está plagado por cementerios clandestinos, fosas comunes y cadáveres desconocidos, como una clara muestra del intento por anular ya no la conciencia histórica sino la humanidad misma de nuestros semejantes, es necesario replantearse el duelo, no como el pomposo luto que sustente nuestro cielo, sino para reconocernos unos a otros como humanos

LA MANCHA EN EL LABERINTO

Industrial, 2004

Muestra de Poesía

Ciudad de Guatemala

Si la memoria es un hecho inherente al pensamiento, la historia lo es a la literatura. Quizá la historia efectivamente empezó con las primeras pinturas realizadas en el interior de una caverna, o puede que haya sido ésa manía de contar el primer lazo común entre las personas del primer grupo social. Lo cierto, es que la literatura existe gracias más que todo a la memoria.

Quien mancha una pared, lo hace para decir "Estuve aquí", pero quien cuenta una historia no puede hacerlo sino usando el idioma de quienes le rodean, idioma que no es otra cosa, sino el conjunto de signos convenidos por la gente de un pueblo para verse reflejados en la historia. La cultura, es por lo tanto además del espacio físico poblado con imágenes, objetos simbólicos y narraciones, el nexo vivo que sostiene la prueba tangible de la historia como un "hecho cultural".

Hemos construido en base a ésta convicción, un espacio físico, poblado con relatos, comentarios, reportajes, entrevistas, imágenes y poesía, donde todas éstas cosas adquieran algún significado que nos lleve a la reflexión

Las manchas preceden a los signos, pero la memoria empieza con las primeras pinturas realizadas en el interior de una cueva, es por eso que dedicamos éste primer número a las artes plásticas realizadas sobre las paredes, abordando cada una de las necesidades que nos llevan a dejar que la memoria hable através de ellas.

Las personas se articulan a la sociedad actual através de símbolos, pero los símbolos en conjunto, hablan de la sociedad que los utiliza. Desde quien utilizan números y nombres para reconstruír diariamente su memoria, o marcar un espacio que se percibe limitado, hasta quien busca mediante la realización de una iconografía preservar en la historia alguna idea o valor ético-estético; todos debemos en algún momento leer y ser partícipes de ése intento.

Los Poetas y el Intersticio: ¿Es Rushdie un autor Inglès, Kafka un autor Checo, Paul Celan un autor Alemán o Vallejo un autor Americano?. Porque al que respondiera que Rushdie es más bien Indú, Kafka más bien Judío o que Paul Celan no era alemán, tendría que recordar que un poeta siempre es alguien sin patria.


LA MANCHA EN EL LABERINTO


Industrial, 2004

Muestra de Poesía

Ciudad de Guatemala

Si la memoria es un hecho inherente al pensamiento, la historia lo es a la literatura. Quizá la historia efectivamente empezó con las primeras pinturas realizadas en el interior de una caverna, o puede que haya sido ésa manía de contar el primer lazo común entre las personas del primer grupo social. Lo cierto, es que la literatura existe gracias más que todo a la memoria.

Quien mancha una pared, lo hace para decir "Estuve aquí", pero quien cuenta una historia no puede hacerlo sino usando el idioma de quienes le rodean, idioma que no es otra cosa, sino el conjunto de signos convenidos por la gente de un pueblo para verse reflejados en la historia. La cultura, es por lo tanto además del espacio físico poblado con imágenes, objetos simbólicos y narraciones, el nexo vivo que sostiene la prueba tangible de la historia como un "hecho cultural".

Hemos construido en base a ésta convicción, un espacio físico, poblado con relatos, comentarios, reportajes, entrevistas, imágenes y poesía, donde todas éstas cosas adquieran algún significado que nos lleve a la reflexión

Las manchas preceden a los signos, pero la memoria empieza con las primeras pinturas realizadas en el interior de una cueva, es por eso que dedicamos éste primer número a las artes plásticas realizadas sobre las paredes, abordando cada una de las necesidades que nos llevan a dejar que la memoria hable através de ellas.

Las personas se articulan a la sociedad actual através de símbolos, pero los símbolos en conjunto, hablan de la sociedad que los utiliza. Desde quien utilizan números y nombres para reconstruír diariamente su memoria, o marcar un espacio que se percibe limitado, hasta quien busca mediante la realización de una iconografía preservar en la historia alguna idea o valor ético-estético; todos debemos en algún momento leer y ser partícipes de ése intento.

Los Poetas y el Intersticio: ¿Es Rushdie un autor Inglès, Kafka un autor Checo, Paul Celan un autor Alemán o Vallejo un autor Americano?. Porque al que respondiera que Rushdie es más bien Indú, Kafka más bien Judío o que Paul Celan no era alemán, tendría que recordar que un poeta siempre es alguien sin patria.

LA MANCHA EN EL LABERINTO

Industrial, 2004

Muestra de Poesía

Ciudad de Guatemala

Si la memoria es un hecho inherente al pensamiento, la historia lo es a la literatura. Quizá la historia efectivamente empezó con las primeras pinturas realizadas en el interior de una caverna, o puede que haya sido ésa manía de contar el primer lazo común entre las personas del primer grupo social. Lo cierto, es que la literatura existe gracias más que todo a la memoria.

Quien mancha una pared, lo hace para decir "Estuve aquí", pero quien cuenta una historia no puede hacerlo sino usando el idioma de quienes le rodean, idioma que no es otra cosa, sino el conjunto de signos convenidos por la gente de un pueblo para verse reflejados en la historia. La cultura, es por lo tanto además del espacio físico poblado con imágenes, objetos simbólicos y narraciones, el nexo vivo que sostiene la prueba tangible de la historia como un "hecho cultural".

Hemos construido en base a ésta convicción, un espacio físico, poblado con relatos, comentarios, reportajes, entrevistas, imágenes y poesía, donde todas éstas cosas adquieran algún significado que nos lleve a la reflexión

Las manchas preceden a los signos, pero la memoria empieza con las primeras pinturas realizadas en el interior de una cueva, es por eso que dedicamos éste primer número a las artes plásticas realizadas sobre las paredes, abordando cada una de las necesidades que nos llevan a dejar que la memoria hable através de ellas.

Las personas se articulan a la sociedad actual através de símbolos, pero los símbolos en conjunto, hablan de la sociedad que los utiliza. Desde quien utilizan números y nombres para reconstruír diariamente su memoria, o marcar un espacio que se percibe limitado, hasta quien busca mediante la realización de una iconografía preservar en la historia alguna idea o valor ético-estético; todos debemos en algún momento leer y ser partícipes de ése intento.

Los Poetas y el Intersticio: ¿Es Rushdie un autor Inglès, Kafka un autor Checo, Paul Celan un autor Alemán o Vallejo un autor Americano?. Porque al que respondiera que Rushdie es más bien Indú, Kafka más bien Judío o que Paul Celan no era alemán, tendría que recordar que un poeta siempre es alguien sin patria.

EXEQUIAS CONTRA EL OLVIDO

Proyecto XX. 2007

Prometeo Gallery di Ida Pisani.

Milano, Italia.

Así podría titularse la obra realizada por Regina José Galindo en el Cementerio La Verbena de la Ciudad de Guatemala. Una obra cuya simpleza aparente nos lleva a pensar en uno de los temas que desde el principio de los tiempos ha preocupado al ser humano: la finitud de la existencia; y su contraparte: la permanencia de la memoria .

Y es que la muerte, concepto formulado por la conciencia de sabernos únicos e irrepetibles, es lo que según algunas teorías antropológicas nos separa de las otras especies animales. Planteándose así las honras fúnebres como uno de los hechos que caracterizan al ser humano.

En el acto del entierro se concentra probablemente el inicio de la civilización, pues tal como el reconocimiento de nuestra finitud plantea la necesidad del duelo, la conservación de la memoria prefigura la noción de historia. Que es de algún modo metafísica invertida, un modo de librarnos del temor a la muerte através de la memoria de quienes sobrevivan a cada individuo.

Es aquí donde la obra de Regina se acerca para preguntarnos ¿Anulando ésa memoria anulamos también nuestra humanidad, o es solamente un atentado contra la conciencia histórica?

En un país como Guatemala, cuyo suelo está plagado por cementerios clandestinos, fosas comunes y cadáveres desconocidos, como una clara muestra del intento por anular ya no la conciencia histórica sino la humanidad misma de nuestros semejantes, es necesario replantearse el duelo, no como el pomposo luto que sustente nuestro cielo, sino para reconocernos unos a otros como humanos.

0.33333333… CUESTIONANDO EL PLANO

“0.3333333333333333…”, 2009

Exposición Colectiva de Aníbal López, Regina José Galindo y Darío Escobar.

9.99/Proyecto

Ciudad de Guatemala.

Para configurar su acción frente a su entorno y para asimilar el mundo como conocimiento, el ser humano necesita partir de su percepción individual. Ello le permite definirse como ser vivo dentro de una unidad temporal y como cuerpo dentro de un espacio delimitado, (res cogintans y res extensa, según la tradición medieval) generando así estructuras de pensamiento y categorías lógicas que lo ubican como conciencia frente a la realidad.

Para comprobar la validez de su pensaminento el ser-individuo, necesita buscar diferencias y similitudes con sus semejantes y con el mundo para actualizarse existente, constituír un lenguaje que establezca una continuidad de lo individualmente comprendido en el espacio colectivo. Esta continuidad es llamada conocimiento, y constituye el plano sobre el que se construirá inicialmente la moralidad, luego la religión y más tarde al derecho.

Es así como se constituye culturalmente la identidad, un “yo” articulado por las relaciones que se dan entre la memoria colectiva y la experiencia individual, un esquema de pensamiento que identifica el razonamiento con la individualidad y el universo con lo absoluto.

El yo pasa a ser entonces delimitado más por la estructura social que por la naturaleza; la realidad se convierte en conocimiento y podrá dividirse en átomos, pues las categorías establecidas con el lenguaje nos permiten establecer con precisión la conciencia de los fenómenos que nos rodean.

Esta es la contradicción que existe en el concepto de “sujeto” dentro de las instituciones sociales. Si hipotéticamente la moral responde a la ética, y ésta a su vez a una lógica que admite al ser humano como parte del mundo ¿Por qué las normas morales exigen la anulación de sí mismo?

Ahora “mundo” es un concepto que identifica a un proceso llevado a cabo através de la conciencia y las acciones de todos y El Ser Humano, como cuerpo físico, resultado de la técnica. (alguien podrá argumentar ahora que el hombre no es la medida de todas las cosas, pero ya es muy tarde para demostrarlo, pues “todas las cosas” ahora deberá entenderse como “sí mismo” ).

Esto no alivia para nada la angustia inicial, pues queda aún la certeza de la muerte como fin de la conciencia, y muchas otras cuestiones que surgen: como plantear una finalidad demostrable a la estructura sociales, establecer la causa de la percepción o sencillamente explicar los fenómenos naturales que se resistan a la demostración científica.

Para encargarse de ésos escollos, se crearon las instituciones. El estado, que une la sobrevivencia individual y la colectiva, el comercio que hace de la técnica una necesidad. La ciencia que se encarga de afianzar el valor del conocimiento del humano-colectivo ante el mundo, y la religión que da una perspectiva histórica y afianza la conciencia del “sujeto” en cuanto a sí mismo dentro del colectivo.

Afortunadamente, hemos hecho del arte un terreno ajeno a las normas lógicas y morales. Porque la continuidad de la historia para occidente requiere renovar su contacto con la realidad através de vivencias particulares. De modo que la verdad aún es un fín del pensamiento, el universo es único y finito, las costumbres han quedado a salvo y las estructuras de poder han modificado al mundo y a sí mismas.

EL DILEMA DE LA PERSPECTIVA EN LA OBRA DE ENRIQUE CASTILLO

Texto para carpeta personal

Agosto 2010

Hoy en día, cuando el horizonte se halla delimitado por grandes vallas publicitarias y enormes cubos de concreto, y nuestro punto de vista se ubica regularmente frente a una pantalla, resulta difícil recordar las montañas, bosques o llanuras que existían detrás de todo esto, y más difícil aún, asociar las formas y colores de un paisaje con los ángulos rectos y colores planos que pinta Enriqe Castillo. Su obra nos habla del entorno que hoy tenemos, en un lenguaje que aprendimos a reconocer como arte abstracto.

Sin embargo, nada hay de natural o abstracto en los dibujos y las pinturas, sino en nuestro “punto de vista”. Quizá, la primera ruptura del hombre con la naturaleza fue la arquitectura, pero más aún, la invención de la perspectiva como forma de representarla. Esto es lo que se pone en envidencia tanto en el cubismo como en el expresionismo: Que el mundo es un movimiento contínuo, e imposible de analizar desde un solo punto, por mucho que nos representemos al tiempo en un espacio bidimensional, que necesariamente ha de contar con “puntos de fuga”.

Hace aproximadamente un siglo, Wasili Kandinsky pintó su primer acuarela no figurativa, y argumentó en su favor una teoría que más tarde fue comprobada y discutida por los psicólogos de la gestalt. Lo que intentaba, era evaluar los efectos que las formas geométricas puras y el color provocan en nuestra conciencia, y crear con ello un lenguaje universal, más próximo a las sensaciones inmediatas que a la evocación de imágenes aprendidas.

Es así como através de diversos experimentos, tangibles tanto en las abstracciones de Kandinsky, como en el puntillismo, el fauvismo y el cubismo, se van labrando poco a poco los principios que rigen el diseño gráfico, y que hoy en día vemos aplicados indiscriminadamente con fines publicitarios.

No pretendemos de manera alguna, negar la convergencia que hay entre la obra de Enrique Castillo y el expresionismo abstracto, sino más bien apuntar que la reflexión que da origen a ésta manera de apreciar la realidad, no es la búsqueda de ésa pureza ideal de la que habló Reinhardt, sino más bien que es un conflicto con la perspectiva, y que lleva a Enrique Catillo a sustituír la arquitectura por el paisaje, y constituye una forma de representación que habla más del modo en que el ser humano se aprecia a sí mismo que del modo en que observa el entorno natural.

Debemos recordar además, que tanto tanto la Bauhaus como los expresionistas norteamericanos de los años cincuenta, se nutren de la tradición y las culturas regionales, y sus teorías corren paralelas a una tradición de origen latinoamericano, que tiene como representates a Tapies, Wilfredo Lam, Guayasamín (Delunay argentino) etc. Así como Carlos Mérida y Daniel Shiffer, en guatemala, quienes hacen uso de los valores dados por la tradición a la figura y el color en nuestra cultura.

El valor dado a éstos elementos de la pintura está íntimamente ligado al entorno en que el pintor se desenvuelve, y detemina el significado que el observaror da a las formas y colores utilizados en la obra. Así como el color del cielo no es igual en cualquier parte del mundo, tampoco el modo en que una persona entiende las figuras geométricas básicas puede ser uníversal. (un triángulo puede ser visto como un cono o un camino, montaña o muralla).

Enrique Castillo proviene de Escuintla, y sus primeros cuadros, de caráctier figurativo, tienen el colorido de la costa guatemalteca. Poco a poco el horizonte comienza a poblarse con árboles caminos y edificios, hasta llegar a su obra actual, la cual se nutre de su estudio de la geometría y el color en las aulas de la ENAP, así como de su trabajo como diseñador gráfico y pintor de exteriores, no es por lo tanto, una abstracción, en el mismo sentido que los cuadros de Mondrian. No retrata armonías cromáticas destinadas a la expermientación, sino de paisajes cortados abruptamente por murallas, rincones diseñados para dar un apariencia natural, interiores de un espacio urbano vacío, cuya amplitud megalítica revela nuestra soledad.